Blogs La Razón | Por Carmen Serrano |
Hace poco más de un mes celebrábamos los sesenta años del Tratado de Roma, germen de este camino común llamado Unión Europea. Y en estos días se cumplía también el primer año de la Europa post-Brexit.
El Brexit y los movimientos populistas que propugnan la ruptura de Europa evidencian que el proyecto europeo tal y como está configurado se encuentra en “crisis”. La Unión Europea no es un mecanismo perfecto, pero sí es el mejor mecanismo que tenemos ahora. No obstante, algo tiene que cambiar. Es más, algo ya está cambiando. Es el momento de preguntarnos qué Europa queremos, qué Europa necesitamos.
Este replanteamiento de la Unión Europea no es un simple debate técnico ni una reacción al Brexit. Se nos plantea como vital una reflexión profunda sobre la integración de la Unión Europea, reflexión que venimos postergando desde hace mucho tiempo, seguramente demasiado. Desde la caída del muro de Berlín, desde los distintos procesos de integración de nuevos Estados miembros, surge la necesidad de replantearnos la nueva realidad, las nuevas necesidades del proyecto europeo.
El Brexit no es la causa ni la enfermedad, sino el síntoma que nos recuerda que ya no podemos seguir esperando, que seguir igual ya no es una opción. Ya no es suficiente con ser más Europa. Es necesario ser mejor Europa.
Europa es mucho más que un proyecto de integración económica o monetaria. Europa es un proyecto político de integración política que nace en tiempos de guerra como respuesta a una necesidad de futuro, a una alternativa de paz y progreso construida desde las palabras y desde la fuerza de la ley, y no desde las armas. Europa, símbolo y memoria de la lucha contra los fascismos y totalitarismos, se nutre de principios y valores democráticos de justicia, igualdad y solidaridad.
Esta Europa común nos ha facilitado sesenta años de paz y progreso. No concibo este largo periodo de paz y prosperidad sin este proyecto común europeo. Y no me imagino un futuro fuera de este camino común. Porque solos no somos más que una gota en la inmensidad del mar. Pero tampoco concibo un futuro dentro de esta Europa. Es necesario repensar Europa, reescribir nuestro futuro común. Y el futuro de Europa se escribe en clave social.
El modelo social es europeo, ejemplo de protección de derechos humanos y de cooperación. Sin embargo, en estos sesenta años de progreso y desarrollo económico el ámbito social ha sido sin lugar a dudas el mayor olvidado y causa de las mayores vergüenzas y frustraciones. Es necesario avanzar en una Europa social que recorte las desigualdades de los ciudadanos, y no sus derechos.
Mas ¿es posible avanzar en el pilar social de la Unión Europea sin una reforma de los actuales tratados, sin una mayor integración política? No es una pregunta cualquiera, porque si fruto del debate no sale una Europa más social, es muy probable que no haya una Europa que defender.
6 comentarios en “El futuro de Europa: el paradigma de la Europa social”
La parte social es una parte de la integración. La militar, económica y política es el GRAN reto. Lo segundo traerá lo primero, imposible tener un estado social con unas bases débiles.
Se ha abandonado mucho la parte militar, por ejemplo, porque teníamos aliados “fiables”. Ahora nos damos cuenta de lo malo que es depender demasiado de otros, porque de la noche a la mañana, podemos dejar de confiar en ellos. Y sí, hablo de EEUU. Ahora mismo Rusia nos devora el día que quiera si tiene a EEUU de su lado o, al menos, no enfrente. Creo que en las instituciones europeas se está empezando a tomar el tema en serio. ¿Dará tiempo?
Perfecto el planteamiento y totalmente de acuerdo con la articulista, pero habría que añadir una nueva pregunta: ¿es posible modificar realmente los tratados con el sistema de partidos políticos actuales o con el sistema actual de elecciones al Parlamento Europeo? El retroceso- digo retroceso- en la integración europea no es culpa de los ciudadanos , sino de los políticos. Y el Parlamento Europeo no ha tenido el coraje para denunciar al Consejo ante el Tribunal deJusticia . A finales del siglo pasado el Consejo se cargó la resoluciones basadas en los famosos informes Rothley y Anastasiooulos, que podrían haber supuesto un avance significativo, y el Parlamento calló . Y no quierocansaros más
Muchas gracias por su aportación, Félix. Su pregunta complementa perfectamente la lanzada en el artículo. Sin una reforma de los tratados que avance en una verdadera integración política, no será posible avanzar en esa mejor Europa que necesitamos. Y es obvio que esta reforma debe venir de la mano de los políticos, de los partidos políticos.
El futuro de esta nuestra Europa no depende de los ciudadanos, efectivamente, sino de la voluntad de los partidos políticos. Hay que avanzar hacia un Parlamento Europeo y una Comisión cada vez más fuertes. Y hay que avanzar hacia una circunscripción única en las elecciones europeas, con partidos pan-europeos que defiendan los intereses de este proyecto común, y no simplemente los intereses de índole nacional.
Espero que los partidos políticos sepan leer y entender el cambio que ya ha empezado, y comiencen a desarrollar en sus programas las cuestiones sobre Europa, sus propuestas sobre el futuro que está en debate.
Como ciudadanos, debemos instarles a que se pronuncien sobre ello. Porque nos compete a todos. Porque es nuestro futuro.
Agradecemos sus planteamientos, que enriquecen el debate que desde Europeístas queremos compartir.
Es una de las grandes tareas pendientes, y que pocos se han atrevido a abordar, la reforma electoral del Parlamento Europeo; necesitamos una reforma que permita una mejora para la toma de decisiones y el trabajo legislativo, ¿cómo? Ese es un tema muy bonito para desarrollar y debatir…
Estamos hablando de la integración social, militar y la tan necesaria reforma e integración política, pero no olvidemos la integración económica; la regulación y unificación fiscal y bancaria entre otras, asignaturas pendientes en Europa pero tremendamente necesarias. En este campo también tenemos la obligación de construir una Europa realmente fuerte desde donde acometer esa integración social y también, como no la militar ya que como bien se ha dicho hemos de ser conscientes de que debemos valernos por nosotros mismos ya que parece que algunos aliados, están en otra onda