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Por Rocío Santos.
La puerta de Brandenburgo fue testigo de un Muro que separó a los alemanes durante casi treinta años, que fue dañada durante los bombardeos aliados sobre la Alemania nazi y una puerta cuya cuádriga se llevó Napoleón a París como señal de victoria. Una puerta marcada por las guerras y confrontaciones de Europa. Vivimos desde hace sesenta años en paz, gracias al esfuerzo conjunto de todos, a la Unión Europea, gracias al respeto a la ley y a la convivencia. Por eso, resulta paradójico que el nacionalismo quiera volver a ocupar este espacio, que los nacionalistas catalanes se manifiesten precisamente aquí.
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