EncUEntro Europeísta
Manuel Alejandro Hidalgo es profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde 1998. Con publicaciones en diversos medios, sus textos sobre socioliberalismo y Europa no han pasado desapercibidos para muchos Europeístas como nosotros. En 2018 ha presentado su libro: "El empleo del futuro: Un análisis del impacto de las nuevas tecnologías en en mercado laboral" (DEUSTO), y hemos querido hablar con él sobre este tema y la situación en España respecto al resto de socios europeos.
Ha sido un placer poder compartir impresiones con Manuel sobre temas comunes y, como resultado de este enUEntro, publicamos la entrevista que puedes leer a continuación.
ENTREVISTA
Europeístas: Recientemente presentó su libro El empleo del futuro, pregunta obligada: ¿cuál sería ese empleo?
Manuel Hidalgo: Un empleo en parte parecido al de hoy, pero con sus diferencias. Habrá ocupaciones muy similares a las de hoy: médicos, maestras, habrá gente asfaltando calles, pero también habrá nuevos empleos, u otros que conocemos serán muy diferentes.
E: Hablemos de “nuevas tecnologías", ya están aquí en nuestro día a día y cada vez más presentes, pero tienen sus detractores, vamos con los falsos mitos, ¿serán las precursoras del desempleo del futuro o, por el contrario, ayudarán a optimizar el trabajo?
MH: No, no existen razones para que pensemos en la inminencia de un desempleo masivo o desempleo tecnológico. Ha habido numerosas fases de la historia moderna en la que la humanidad se ha enfrentado a retos similares y nunca hemos acabado con algo parecido a bolsas de desempleo motivadas porque no hubiera empleo para algunos. Sin embargo, dicho esto, no estoy diciendo que el futuro es de color rosa y que no haya que preocuparse. Pero haríamos bien en no pensar que el futuro es aquél en donde no habrá empleo por culpa de los robots.
E: La imagen de la portada de su libro "El empleo del futuro", ya de por sí es, digamos, es una “pequeña provocación” para todos aquellos que ven en la robótica una amenaza más que un beneficio, ¿qué papel piensa que jugará ésta en el futuro del mercado laboral?
MH: Jugará un doble papel. Por un lado, en aquellas tareas que comiencen a desempeñar, lo empezarán a hacer mejor y más rápido que los humanos. Esto llevará a que en esas ocupaciones aumente la productividad y por ello, muy posiblemente, las remuneraciones. Pero en otras ocasiones, donde hagan la mayor parte de las tareas, en este caso, observaremos muy posiblemente ese temido desplazamiento, lo que obligarán a los trabajadores a reducir su salario o buscar nuevos empleos.
E: En el sector sanitario, por poner un ejemplo, las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial se están implementando cada vez más, lo que no ha supuesto un aumento del desempleo, pero, en su opinión, ya hablando de éste u otros sectores, ¿ha obligado a los profesionales a adaptarse e incluso a reinventarse para acceder a estos nuevos campos profesionales que nacen al cobijo de la IA y las TICs?
MH: Sí. Hoy en día gran parte de las tareas que realizamos en nuestro puesto de trabajo está en parte implementada por una máquina. Estas se hacen hoy día mucho más rápido y mejor, dejándonos a los humanos más tiempo para realizar otras tareas o simplemente descansar. Sin embargo, en este cambio o proceso todos hemos tenido que aprender a usar estas nuevas máquinas, lo que nos ha llevado un coste de aprendizaje. Esto ha sido siempre así y siempre será de este modo.
E: En comparación con nuestro entorno más cercano, los países miembros de la UE, ¿cree que vamos muy por detrás de la media europea en cuanto a implementación de nuevas tecnologías e investigación en el campo de la inteligencia artificial? ¿Es posible que las reticencias de algunos sectores profesionales, por ese miedo al ser sustituidos por “máquinas”, nos estén lastrando?
MH: Llevamos retraso en gran parte motivado por nuestra estructura productiva y nuestra demografía empresarial, donde el peso de pequeñas y medianas empresas, en mayor parte PYMES, es más que en otros países. Dicho esto, no creo que haya un mayor interés por frenar a las máquinas, o al menos más que en otros países. Sí puedo entender una mayor influencia por parte de las administraciones y regulaciones, como ha ocurrido en el conflicto del taxi. Pero creo que mucho se explica más por el efecto composición de nuestra demografía empresarial y por la especialización en sectores que por un ADN especial en España.
E: En su opinión, entre productividad y cambio tecnológico, ¿cuál debería ser el equilibrio para que las cuentas cerraran con saldo positivo?
MH: Siempre lo harán si el reparto de los beneficios generados por el aumento de la productividad fuera homogéneo. La idea es que el cambio tecnológico no eleve en exceso la desigualdad, algo que pensamos que sí puede estar sucediendo. Este puede ser el verdadero coste. En todo caso, el saldo siempre ha sido positivo en el largo plazo, aunque en el corto estos desequilibrios han podido rebajar los efectos globales netos del cambio tecnológico.
E: En España volvemos a estar a vueltas con los presupuestos, y, por ende, con los impuestos. Siendo un debate complicado, en unas pinceladas, ¿cuál sería, en su opinión, el equilibrio ideal para la aplicación de impuestos? O dicho de otra manera, ¿qué tres líneas se deberían seguir a la hora de establecer unos u otros impuestos?
MH: Lo dejaría en dos: eficiencia y poca intrusión. Con lo primero quiero decir que los impuestos deben ser capaces de recaudar lo requerido. Tenemos impuestos con tipos elevados pero que recaudan poco. Esto genera, basándose en la segunda línea, una situación alejada del óptimo. Modificamos e influenciamos sobremanera los incentivos de los agentes económicos con impuestos muy invasivos pero sin conseguir el resultado esperado en términos de ingresos. Habría que actuar mejorando lo primero mientras reducimos lo segundo.
E: En tema de impuestos, en comparación con otros países miembros de la Unión Europea, y en líneas generales, ¿en esta materia quedaría mucho por hacer en España para equipararse al resto de países europeos?
MH: En realidad no y sí. En cuanto a impuestos, no somos muy diferentes. Me refiero a las principales figuras impositivas implementadas en España. Pero sí habría un enorme trabajo necesario para situarnos en niveles más europeos en cuanto a eficiencia recaudatoria.
E: "Según el último informe sobre empleo presentado en julio pasado por la OCDE, España es el segundo país del club –solo ligeramente por detrás de Grecia– con un mayor nivel de pobreza en el segmento de población en edad de trabajar, debido al descenso en el salario real y a la creación de empleos de mucha peor calidad que antes de la recesión” (El Periódico, 05/07/2018). ¿Cómo cree que esto podría revertirse? ¿Necesitamos un cambio de la Reforma Laboral?
MH: Con una profunda reforma laboral por un lado, y políticas de mejora de la calidad del empleo por otra. En este segundo bloque cabrían muchas políticas trasversales, como educación o de emprendimiento.
E: Al hilo de la pregunta anterior, en comparación con los países de la UE, ¿queda mucho camino por recorrer en cuanto a precariedad laboral, empleos de baja calidad y descenso de los salarios?
MH: Sí. El mercado de trabajo español es dual en dos sentidos. En primer lugar, tenemos muchos desempleados. Esto hace que, en lo referente al mercado de trabajo, o estás ocupado o no, en mayor dicotomía que en el resto de Europa. Esto es precariedad en el sentido más puro. Pero nuestro mercado de trabajo es igualmente dual en cuanto a la precariedad. Nuestra tasa de temporalidad es muy elevada. Y, aunque esto no siempre fue así, ahora lo es también el número de empleos a tiempo parcial no voluntario. Esto lleva claramente a niveles de precariedad elevados.
E: Durante muchos años se ha dedicado a la docencia y a la investigación, como profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo Olavide, ¿piensa que podríamos implementar alguna experiencia de los modelos educativos de nuestros socios europeos para mejorar el apoyo a la investigación y la calidad en educación que tanto nos es criticada?
MH: Sin duda. Pero el problema es que mejorar muchos de los parámetros educativos y de investigación necesita de políticas trasversales y que estas actúen desde los inicios de la educación de los niños y niñas. En realidad, una vez estamos en la Universidad los comportamientos son muy difíciles ya de cambiar. Es complicado darle la vuelta a la Universidad, desde el punto de vista de la educación, con unos jóvenes que llevan 15 años haciendo las cosas de un modo determinado.
Igual pasa con la investigación. Cuando tienes un sistema garantista que no premia como se debe el mérito, es complicado encontrar incentivos que cambien la forma de trabajar.
E: Para terminar, en tres ideas, si pudiera elegir lo más interesante de los distintos modelos europeos, ¿cuáles serían los principales puntos a implementar para regular el mercado de trabajo laboral español?
MH:
1. Flexibilidad y simplificación de los trámites en la contratación y mejor regulación del despido.
2. Red de seguridad básica más amplia con verdaderas políticas activas de empleo.
3. Mayor implicación en los objetivos empresariales de los sindicatos así como una reforma profunda en la negociación para vincularla más a la empresa o al sector y menos al territorio.
Agradecemos a Manuel Hidalgo sus respuestas y su tiempo. Entrevista realizada por Patricia Pérez, responsable de prensa, y publicada por el equipo de Europeístas.
NOS VISITA...
Manuel Alejandro Hidalgo Pérez (Sevilla, 1973). Profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales (1991-1996). Master en Economía en el Programa de Postgrado de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (2004) y doctorado en Economía de la Universidad Pompeu Fabra (2008).
Después de pasar por varias agencias del gobierno, especialmente el Instituto de Estadística de Andalucía (1997-1999), es profesor de economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde 1998. Con publicaciones en diversas revistas y varios capítulos de libros y/o monografías, actualmente desarrolla su investigación en áreas relacionadas con el cambio tecnológico, mercado de trabajo y crecimiento económico. Actualmente compagina su investigación y docencia con el compromiso de compartir conocimiento tanto en redes sociales como en diversos medios de comunicación, entre ellos Voz Populi y El País, y es editor de Agenda Pública.
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