En la política exterior, en las normas que rigen nuestros procesos de producción e incluso en nuestra relación con el medio ambiente, no todos los países jugamos con las mismas normas.
Europa se enfrenta al dilema de o seguir siendo fiel a sus valores y ver cómo otros le toman ventaja al no estar condicionados por estos o dejar a un lado lo que suponen los pilares en los que se asienta el proyecto europeo en aras de una mejor posición económica y política.
¿Qué ha de hacer Europa? ¿Seguimos jugando con nuestras reglas?