La sostenibilidad como necesidad y oportunidad

¿Es la ecología, la sostenibilidad o la protección animal una cuestión de moda? Creemos que no. Y así lo demuestran numerosos estudios a lo largo de los años, quiera Trump o no. En Europeístas pensamos que el desarrollo sostenible no es solo una necesidad, sino que plantea también una oportunidad económica y social que debemos saber aprovechar. En nuestra visión "verde", abogamos por buscar soluciones racionales que se alejen de dogmatismos. Queremos que las decisiones políticas no sean fruto de "lo políticamente correcto", sino que planteen soluciones realizables, que garanticen la sostenibilidad de las mismas a corto, medio y largo plazo. Sabemos que en Europa se desarrollan políticas medioambientales más exigentes que las que luego se llevan a cabo en nuestro país, y de nada sirven si no van acompañadas de la verdadera voluntad para desarrollarlas

El desarrollo sostenible se refiere al mundo como uDesarrollo sostenible Europa ecología y sostenibilidadn sistema global cuyas partes están interrelacionadas e implica un proceso multidimensional que afecta al sistema económico, ecológico y social. El desarrollo sostenible se plantea, por tanto, la búsqueda de progreso económico que no descuide aspectos cualitativos, tales como la calidad de vida o la preservación del medio ambiente. Tales aspectos cualitativos van ligados al ecologismo (o ambientalismo) que se defiende desde posiciones antropocéntricas, es decir, para satisfacer una necesidad humana, incluyendo necesidades de salud y sociales. Nuestras propuestas no surgen pues del buenismo, ni se basan en planteamientos puramente ecocéntricos, sino que están unidas a un compromiso para mantener el bienestar del ser humano en equilibrio con los ecosistemas naturales.

Las múltiples crisis en las que actualmente nos encontramos -económica, política y medioambiental- deben traducirse en una oportunidad para presentar una verdadera alternativa responsable en cada uno de esos aspectos, en la que los indicadores de bienestar sean económicos, ecológicos y sociales. En definitiva, no solo medir los éxitos o fracasos del sistema teniendo en cuenta aspectos cuantitativos, sino también cualitativos.

Desde nuestra postura política creemos que para que cualquier modelo sea sostenible, debe ser económicamente sostenible. Queremos alejarnos de modelos basados en subvenciones, baja productividad y endeudamiento que, como se ha observado en España con las renovables, crean una burbuja que perjudica al contribuyente. Apostamos por ir a la raíz del problema, facilitando soluciones reales y una transición justa.

Aquí algunos aspectos en los que, entre otros, proponemos actuar:

  • Alimentación y consumo consciente. Seguridad alimentaria. Derecho del consumidor a conocer el origen y tratamiento de los alimentos que ingiere.
  • Energía. Garantizar la continuidad del suministro a precios razonables. Mercado competitivo. Sostenibilidad ambiental.
  • Economía circular. Gestión de residuos. Prevención y aprovechamiento. Materias primas.
  • Agricultura, ganadería y pesca. Empleo en el medio rural. Turismo ecológico.
  • Protección animal.

Alimentación y consumo consciente

Seguridad alimentaria

 

Uno de los mayores problemas relacionados con el cambio climático es la seguridad alimentaria, que hace referencia a la disponibilidad de alimentos, el acceso de las personas a ellos y el aprovechamiento biológico de los mismos. Se considera que un hogar está en una situación de seguridad alimentaria cuando sus miembros disponen de manera sostenida de alimentos suficientes en cantidad y calidad según las necesidades biológicas.

La población mundial crece de manera constante y se espera que llegue a 9600 millones de personas en 2050. Para cubrir una demanda tan grande, los sistemas agrícolas y alimentarios tendrán que adaptarse a los efectos adversos del cambio climático y hacerse más resistentes, productivos y sostenibles.

Por otro lado, los tratamientos masivos con antibióticos u otros procesos a los que se ven sometidos algunos alimentos en su fase de producción, como ha advertido ya la OMS, no son siempre transparentes al consumidor, que no está suficientemente informado de los riesgos y se ve, por tanto, limitado en su libertad de elección con respecto a su salud y hábitos. A este respecto, creemos que hay que facilitar la libertad del individuo de elegir los alimentos que consume dotándole de la información necesaria para ello.

 

 

España ha aumentado las emisiones de CO2 y, al mismo tiempo, tiene una de las facturas de la luz más elevadas de Europa. El modelo energético tradicional se caracteriza por un crecimiento constante del consumo energético, basado en recursos finitos, principalmente combustibles fósiles. Nos encontramos con el problema de que este modelo es insostenible a nivel económico, ambiental y social.

Las soluciones a este problema deben ser reales y no limitarse a deseos, dogmas o modas, pues siendo un problema complejo, se hacen necesarias soluciones complejas que faciliten la transición factible a un modelo bajo en emisiones de carbono. Para lograr la sostenibilidad real del sector, el modelo energético debe contemplar estos tres factores básicos:
  • Seguridad energética: se debe garantizar la continuidad del suministro a precios razonables para los consumidores.       
  • Mercado competitivo: el nuevo modelo no debe suponer un peligro para la competitividad de la economía y su crecimiento, al contrario.
  • Sostenibilidad ambiental: la producción y el consumo de energía no deben causar un impacto inasumible para el entorno. El sector energético, siendo responsable del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, juega un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.

Energía

Gestión de residuos

Según como se gestionen, los residuos pueden afectar tanto a la salud humana como al medio ambiente a través de las emisiones a la atmósfera, al suelo y a las aguas superficiales y subterráneas, y pueden representar una pérdida de recursos materiales y de fuente de energía.

Aunque pudiera parecer que hay una mayor preocupación en materia de gestión y aprovechamiento de los residuos, la realidad es que el volumen de residuos que se genera es cada vez mayor (cada persona de los llamados países industrializados genera como media 1,5 Kg de basura al día, la mayoría de la cual – más del 60% en España - acaba en vertederos sin tratamiento o perdidos en nuestro entorno).
 
La gestión de residuos de un modo ecológico no debe quedarse en la simple eliminación o el aprovechamiento por métodos seguros de los desechos producidos, sino también resolver la causa fundamental del problema, para cambiar las pautas no sostenibles de producción y consumo. 
 
Si bien la protección animal no se engloba estrictamente dentro de la ecología, consideramos que es un aspecto relevante al hablar de nuestra relación con el entorno. España es líder en abandono de animales en toda la Unión Europea, con 400 abandonos de animales al día. Al margen del abandono, son muchos los animales que sufren abusos o maltratos. En este aspecto, nos hemos quedado solos en la UE: en ningún otro país europeo se practica ya la caza con galgo, por solo mencionar un ejemplo.
 
Muchas asociaciones españolas, europeas e internacionales conocen estos datos y luchan voluntariamente contra el problema. No sufrimos solo las consecuencias naturales y sociales que la falta de acción conlleva, sino también que nuestra mala imagen al respecto esté extendida a nivel europeo e internacional, llegando incluso a boicotear productos españoles por esas razones, que perjudican cualquier intento de hacernos ver como un país progresista y de valores europeos.

Por otro lado, la defensa del equilibrio de la naturaleza es incompatible con la creciente industrialización de la producción alimentaria de origen animal y estamos convencidos de que un consumo de productos de origen animal más sostenible y responsable es posible, además de defender el derecho del consumidor a conocer y decidir su implicación en esta problemática. 

 

Protección animal

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